sábado, 24 de marzo de 2012

Nietzsche vs Pulp

You will never understand/
how it feels to live your live/
without meaning or control




¿Se inspiró Pulp para su canción más conocida -ya añeja, es del 95- en Nietzsche? A ver, sabemos que Jarvis Cocker es un tipo leído. Sabemos que Pulp es un grupo militantemente intelectual y de clase baja (aunque con posibilidades de escalar en la cadena trófica social que la media del obrero del norte de Inglaterra jamás ha tenido, porque a peso, la clase baja británica es capaz de ser incluso más garrula y borrega en su talante que la española, que ya es decir).

La canción, a estas alturas todo el mundo ya lo sabe también, versa sobre el encuentro de Jarvis con una niña pija con ínfulas de artista que le lauda las virtudes de la clase baja y le pide que le guíe en su afán de ser una más entre ellos. Y él le contesta, sin citarlo explicitamente, que ella nunca entenderá el amor fati, el amor al destino nietszcheano, la falta de propósito que nos reta a vivir nuestras vidas sin resentimiento o venganza. Vamos, que nunca entenderá la belleza de la resignación. Pero aquí es donde el filósofo del bigote y el músico de las gafas divergen.

Nietzsche es extremadamente crítico con lo que él llama "el último hombre" (y que más tarde el nazismo calificará de "Untermensch"), mientras que Cocker, por el contrario, se regodea en el concepto. Allá donde el pensador afirma que los pequeños se asustan ante la grandeza y la incertidumbre del universo, el cantante afirma que la certeza, a diferencia de esa acaudalada segunda persona de la canción no "puedes llamar a papá para que te rescate", consiste en saber muy bien de dónde vienes y qué puedes esperar de la vida. Pulp fue un grupo que hizo heroismo de su condición trabajadora -ahí están no sólo esta canción sino toda la épica que dedican a su Sheffield natal, su amor por el polyester, el brillo de labios y otras promesas de los falsos paraísos setenteros, baratos y adormecedores- mientras que Nietszche, quién sabe si sublimando algo, encontraba sus leyendas en la posibilidad de sobreponerse a lo cotidiano y mediocre con la conversión en alguien especial, único.

¿Son Pulp y Nietzsche dos caras de la misma moneda? Yo creo que sí. La vida, sin un cierto concepto heroico -que implica la asunción de las mil servitudes mediocres del día a día- no es posible. Otra cosa es el enfoque de ese heroismo. ¿Trascenderemos en una moral de esclavos/conciencia de clase no tan lejana al cristianismo/marxismo, pero menos alejada de las raíces, como hace Pulp en lo que ya es un himno (vamos, que ¿ganaremos por la goleada de la superioridad moral mientras alquilamos un piso sobre una tienda, jugamos a dardos o a billar, follamos de vez en cuando?)? ¿O consideraremos sólo válida la opción de elevarnos por encima de lo que nos da el nacimiento, como aboga que hagamos el autor de "Así habló Zaratustra", escalando sin lastres éticos? Me temo que para los lectores de este blog la opción será la primera, pero espero y deseo la segunda, sabiendo que de natural no me sale. Cuidado, como recuerda la canción, cuidado si al final, pijoindie, es el cani quien se ríe de ti y como un perro te ataca (intraducible: en España los obreros votan al PP y su ataque es puramente un quítate-tú-para-ponerme-yo, mientras que los pijos de raza carecen de cultura alguna. Más allá del lamento estéril y testimonial del 15M, no hay nada). Te has buscado el mordisco. Y sin embargo, con la crisis tan viva, las posiciones amorales, basadas en un individualismo radical se atenúan porque quedan demasiado mal, igual que lo es venir de la sencillez y la humildad, que queda como ingenuo. El "sálvese quién pueda", el "me voy a Alemania" o el "yo defiendo al empresario" ante el reconocer que la meritocracia no existe.Va a ser que la postmodernidad no acabó con Dios ni con la historia, sino con el materialismo dialéctico y el pop. Bastante peor.